CHIS

Chiapas

“Un lugar único al que llegaron personas de todas partes del país hace más de cuarenta años. Con una vegetación inmensa que ya no hay en muchos otros lugares, con un río enorme que todavía sobrevive a los estragos de la deforestación. Zona de amortiguamiento de una de las reservas naturales más importantes de México. 

Donde a pesar de todo, todavía sobrevuela la guacamaya roja y se oye el aullido del saraguato, donde todavía se pueden encontrar las huellas del tapir y el jaguar.”

– Rafael Lombera Estrada

Río Lacantún separa a los Ejidos de la zona de Marqués de Comillas con la reserva Montes Azules, Ejido Boca de Chajul, Chiapas, 2022. Foto por Mariana Martínez

Loma Bonita, Selva Lacandona, Chiapas, fue fundada por colonos que llegaron de distintas partes del país en los años 70 a partir del reparto de tierras nacionales, seguidos por la llegada de refugiados guatemaltecos en los años 80. Las tierras ejidales en esta zona al sur de la Selva Lacandona, fueron entregados para su autogestión a agricultores de diferentes estados de la República a través de la Reforma Agraria. Los ejidatarios y sus familias tienen derechos sobre la tierra, sin embargo no son propietarios completos, ya que las tierras se ven como un bien común del Ejido. 

Debido a su  historia reciente, las relaciones territoriales y ambientales, entre la selva y sus nuevos habitantes, han sido complejas. A través de la tradición oral de habitantes de Loma Bonita se conservan las memorias que fundan su reciente historia, los mitos que derivan de esta nueva relación y la forma en la que el paisaje empezó a transicionar de selva a milpa a potrero.

Durante más de 30 años, investigadores de la UNAM y la Universidad de Wageningen han estudiado este territorio esta transformación radical de las últimas décadas. Debido a la conversión hacia la agricultura, la ganadería y más recientemente el monocultivo, la frontera agropecuaria derivada de los apoyos de programas productivos para la ganadería, así como a la construcción de vías de comunicación tras el levantamiento zapatista, se ha transformado al día de hoy más del 80% de la selva. 

Estos impactos ambientales y sociales, han los agricultores que viven y se alimentan de su suelo se estén volviendo cada vez más vulnerables frente a los desastres climáticos, por causa de las inundaciones del Río Lacantún que lleva a la pérdida total de cultivos en las milpas, el agotamiento del suelo en las zonas de lomas y la pérdida de agrobiodiversidad.

Sin embargo el constante cambio y adaptación del sistema alimentario trae consigo una gama hiper-diversa de ingredientes de la selva, la milpa, los solares y los potreros, y con ellos prácticas y saberes. En los solares se guardan las semillas más preciadas. Los frijoles, calabazas, chiles, maíces y soya hablan de adaptación, migración e intercambio a lo largo de las generaciones que se han establecido en este lugar. Los frutos como el mamey, chico zapote, papaya silvestre, la papaya y el cacao son de árboles nativos o sembrados ya hace siglos por los mayas en esta selva.

Archivo Móvil de semillas Loma Bonita, 2021. Foto por Rubén Garay

Proceso de co-diseño del Archivo Biocultural (móvil)

La construcción del carrito del Archivo Biocultural Vivo se inspiró en las formas de circulación de los alimentos y comida preparada en triciclos que usan muchos comerciantes para moverse en las calles y vender. Frutas en carretillas, cajas de dulces desplegables con sombrillas de colores, triciclos de raspados, todos transitan en abundancia en las calles de la ciudad más cercana de Loma Bonita, Comitán de Dominguez. 

El diseño se trabajó junto con Eliazar Aguilar, balconero de la misma ciudad, con su experiencia en el diseño de triciclos de raspados, quien fué recomendado por los vendedores callejeros mismos. Con base en un dibujo inicial, se intercambiaron ideas y propuestas tanto de forma presencial como vía whatsapp, una vez ya estando en Loma Bonita. El dispositivo itinerante una vez construido en base y en sitio, fue adaptándose en forma y usos, correspondiendo a otras necesidades de la comunidad. Por ejemplo, el techo del triciclo se trabajó con Juan Carlos de Loma Bonita, quien con su conocimiento del tejido de la palma diseñó y construyó una cubierta para este.

Desde su construcción, se han encontrado distintos usos y adaptaciones formales para el triciclo, para servir como una plataforma (puesto o plaza) móvil para promover productos locales en ejidos aledaños, para la vendimia de comidas en el ejido y como un espacio para compartir aprendizajes y experiencias en la escuela primaria de la comunidad.

Co-creación de contenidos y activaciones

En diferentes juntas y asambleas con actores de la comunidad se planteó la idea de hacer un acervo de semillas locales para resguardar la diversidad local y como una posible estrategia para fortalecer las prácticas resilientes comunitarias. Esta idea surgió en el contexto de incertidumbre vinculadas con la aparición de una nueva pandemia, pero también de las inundaciones que con más frecuencia amenazan la estabilidad productiva de la zona.

Tan solo en el 2020 muchos productores quienes siembran a las orillas del Río Lacantún, perdieron la totalidad de su producción ese año debido a una fuerte inundación. Bajo estos escenarios, el banco e intercambio de semillas a través del Archivo Biocultural Vivo cobró sentido. Al ser itinerante, con este archivo se logró involucrar, interactuar y conectar a varias personas de la comunidad tanto en espacios públicos como fuera de las casas mismas.

Con la donación y trueque de semillas y sus historias se hicieron más visibles las redes y prácticas de resiliencia existentes en la comunidad y se fomento el intercambio como una forma de relacionarse para sostener e impulsar dichas prácticas. Las 40 semillas de especies comestibles que guarda la comunidad, sus historias y cuidados actualmente conforman el Archivo a través de audios y un mapa para identificar el hogar de las semillas y el de sus cuidadores.

Banco de semillas e historias de Loma Bonita, 2021. Foto Rubén Garay
Intercambio de semillas, prácticas y saberes en Loma Bonita, 2021. Foto por Rubén Garay
Intercambio de semillas, prácticas y saberes en Loma Bonita, 2021. Foto por Rubén Garay
Mapa y ruta de quienes guardan las semillas en Loma Bonita, 2021. Foto por Rubén Garay

Talleres, actividades e  intercambios

Hacer Bokashi – Alimentar el Suelo

Hicimos Bokashi, un abono orgánico a base de fermentación, para mejorar la fertilidad del suelo y dar nutrientes a la microbiota del suelo. Junto con la comunidad de aprendizaje agroecológico en Loma Bonita, se formó una acción para conseguir donaciones de materias primas para este abono orgánico (melaza, estiércol,  microorganismos, levadura, aserrín y  hojarasca). El Bokashi  requiere de un cuidado colectivo durante  dos a tres semanas, lo cual dió lugar a rituales de volteado regular por distintas personas. Ya listo el nuevo suelo se fue repartiendo a los distintos participantes y colocando en camas de un vivero, áreas de siembra de la parcela comunitaria que son parte del jardín etnobotánico comestible y camas para la siembra de las semillas del Archivo Biocultural Vivo.

Hongo Madre

Este intercambio se  co-diseñó con dos productores de Loma  Bonita quienes empezaron desde el año  pasado a producir su propio vinagre hecho a base de frutos silvestres de la selva y frutos que se encuentran en las calles del poblado. En la parcela comunitaria de Loma Bonita se intercambiaron técnicas  para “sacar” el hongo madre de la caña  agria y el té verde, así como historias y  recetas recordando a las abuelas de  participantes que producían la “Madre” a  base de plátano macho, piña y otros  ingredientes.  

Ruta Sonora y Relatos Futuros 

Como parte de una serie de activaciones  se organizó una ruta del Archivo Biocultural Vivo en distintos puntos de la comunidad a lo largo de una muestra de sonidos e historias y un juego de escenarios futuros y estrategias de resiliencia comunitaria llamada “Relatos Futuros”.  

La ruta sonora se desplegó a lo largo de  cuatro puntos de escucha, establecidos  de forma temporal en espacios de alta afluencia (internet, tienda, cancha de  basket, camino rumbo al río) donde se  colocaron bocinas con algunas de las  historias recolectadas, un mapa de la  ruta, y la lista de audios en reproducción.  Esta muestra pública de los registros sonoros mostró de forma inmediata algunas de las cápsulas sonoras que conformarán el Archivo Biocultural Vivo.  

A partir de la experiencia de mapeos  conceptuales y conversaciones con distintos actores de la comunidad en el proceso del Archivo, se escribieron dos historias de un escenario futuro que involucra dificultades inesperadas tanto climáticas como sociales.  Un juego de roles con tarjetas y un mapa  conceptual final sirvió como tablero de discusión hacia tácticas comunitarias, colaborativas, y colectivas de resiliencia ante futuros inciertos. 

Siembra del Archivo Vivo de Semillas 

Un ritual para continuar y propagar la co-construcción del Archivo Biocultural Vivo de Loma Bonita,  donde se construyeron camas con el abono Bokashi para ahí hacer un  acervo vivo de la diversidad de semillas colectadas. De forma colectiva elegimos las semillas que se querían plantar en este acervo, se eligieron las que estaban en temporada, y la forma en la que se fueron plantando  unas junto a otras (para complementar  sus funciones biológicas y productivas). 

Nelva, quien produce vinagres de ingredientes como la jamaica, la piña y la uva silvestre compartiendo sus técnicas con mujeres de la comunidad, 2021. Foto por Rubén Garay
Hongo madre de vinagre. El "sacar el hongo" de distintas frutas como el plátano, la piña, o la caña verde ha sido una práctica desde generaciones atrás, 2021. Foto por Rubén Garay
Un punto de la ruta sonora en el lugar donde venden fichas de internet, 2021. Foto por Rubén Garay
Tácticas comunitarias de resiliencia ante escenarios como el Covid y las inhundaciones, 2021. Foto por Rubén Garay
Siembra del archivo vivo de semillas en la parcela comunitaria de Loma Bonita, 2021. Foto por Rubén Garay

OAX

Oaxaca

“Santo Domingo Tomaltepec es un municipio de la ciudad de Oaxaca. 

Un pequeño pueblo que se rige aún por medio de costumbres y tradiciones, donde sus pobladores reciben a sus visitantes con calor de hogar. 

Entre las principales actividades que se realizan y que han pasado por varias generaciones es la elaboración de pan en especial del tradicional pan de yema, la talabartería y la agricultura, aunque esta última se ha perdido poco a poco más que los demás debido a la migración a otras tierras.

Un pueblo lleno de riquezas naturales empezando  por  sus presas y continuando con los grandes y frondosos cerros a su alrededor.”

-Paola García Miguel

Los valles centrales de Oaxaca son cuna de la domesticación de la calabaza, el maíz y algunos chiles, Santo Domingo Tomaltepec, Oaxaca, 2021. Foto por Tess Plein

Santo Domingo Tomaltepec es un territorio Zapoteca de los Valles Centrales de Oaxaca. En esta tierra los conocimientos agrícolas se mantienen por procesos ancestrales que han resistido el paso del tiempo. Se domesticaron aquí distintas variedades de maíces, frijoles y aguacates. 

El pueblo está rodeado por montañas, presas y un territorio comunal que cambia de colores con las temporadas del año, y que permite a las personas vivir en armonía, entendiendo y respetando los ritmos y dinámicas de la naturaleza. Aquí la percepción del espacio y el tiempo está anclado a lo simbólico, lo ritual y lo vital. Su historia ha prevalecido por la tradición oral, los conocimientos están incorporados al quehacer.

Acá se sabe que la riqueza es compartida y que se llega a ella por la experiencia en la vida cotidiana que se organiza y transmite de generación en generación, por eso se celebra el territorio, se practican faenas y tequios para cuidar el espacio compartido.

La agricultura moderna, el cambio climático, la migración y el turismo masivo, sin embargo, han establecido nuevas dinámicas en este territorio. De la diversa milpa con distintas variedades de maíz, frijol, calabaza y chile está siendo reemplazada por monocultivos de maíz y alfalfa para alimentar al ganado. El cultivo de temporal se dificulta cada vez más porque ha cambiado la temporada en la que llueve y la cantidad de lluvia.

Estas limitaciones junto con los bajos precios de mercado y el reciente auge del turismo, han promovido la migración y el abandono de la vida campesina. Los conocimientos heredados por muchas generaciones, incluyendo aquellos que conforman el legado de los Zapotecas, se están perdiendo. A medida que se va perdiendo la lengua, también se pierden los saberes, los haceres y los quereres. 

Sin embargo, la diversidad de sabores y saberes prevalece en las cocinas, solares, y el monte de Santo Domingo. Existe resistencia en los maíces de diferentes colores y tamaños que son producto de generaciones que han guardado, seleccionado y pasado sus semillas. Los diversos chiles y tomates que permanecen en el territorio para cocinar los moles, las salsas, y las empanadas nos hablan de tecnologías ya de siglos atrás de su domesticación.

Banco de semillas móvil de Santo Domingo Tomaltepec, 2021. Foto por Tess Plein

Co-Diseño de Dispositivo (triciclo) Itinerante

El Archivo Biocultural Vivo en Santo Domingo se inspiró a través de la observación de los objetos que desplazan la comida en esta comunidad oaxaqueña. Las calles de esta comunidad están repletas de triciclos para transportar objetos, personas y/o vender comida como la gran variedad de panes tradicionales, raspados, tamales, atole,  etc. A diferencia de los dispositivos móviles de Chiapas, los de Santo Domingo presentaban una artesanía con madera de formas rudimentarias e improvisadas. Así mismo, observamos la forma común de presentar el pan o las gelatinas en estanterías de vidrio, que por las tardes y noches se iluminaban mostrando como escaparate una colección inimaginable de formas y sabores. 

Al mismo tiempo el registro de las formas de movilidad en Santo Domingo Tomaltepec fue muy importante, pues pudimos observar que la bicicleta es un transporte muy usado para moverse en la comunidad y las caminatas de individuos o grupos desplazándose en las mañanas y tardes hacia la Presa, un espacio al pie de las montañas con gran afluencia local. 

El primer diseño salió como un primer prototipo para colectar “malas hierbas” (quelites, hierbas invasoras, o especies útiles) a lo largo de caminatas realizadas en el camino hacia espacios de parcelas y la reserva natural junto a la Presa de Santo Domingo Tomaltepec. Este primer prototipo fue un ejercicio para movilizar y detonar algunos temas acerca de la biodiversidad local, y estuvo compuesto de elementos que participantes portaron el cuerpo, como huacales, canastas y palo de madera con cubetas pequeñas que colgaban a lo largo del mismo, y que emulaban una forma de llevar y compartir el itacate (comida para llevar en celebraciones locales) entre los habitantes de la comunidad. 

El acto de caminar y recolectar a lo largo de este camino generó las primeras conversaciones acerca de lo que se come, cómo se come, las especies que se han perdido, las recetas y los anhelos de algunos habitantes de la comunidad. Como prototipo, sirvió para abrir la conversación más no como prototipo formal o de diseño, y nos dió información acerca de qué objetos móviles podrían funcionar mejor.

Es con esta información que iniciamos un proceso de co-diseño y co-construcción con un cancelero,  un carpintero, y jóvenes de la comunidad.

Los jóvenes quienes conforman el grupo de Cronistas Comunitarios fueron claves para ir integrando ideas en el diseño, haciendo una investigación previa de las historias de los oficios que transitan en las calles. Con Daniel, el carpintero, se hicieron varias sesiones de diseño, maquetación y construcción de un marco, base y cubierta de madera que luego se montó sobre un triciclo prestado por la coordinadora local. Finalmente se añadió una vitrina donde se guardarían semillas y objetos recolectados por el Archivo y una cubierta de manta para cubrir del sol. Distintas adaptaciones fueron surgiendo a lo largo de la estancia en sitio que responden a ideas y necesidades de nuestra/os colaboradores comunitaria/os. 

Co-diseño y co-construcción del Archivo Móvil de semillas e historias junto con Daniel Martinez, los Cronistas Comunitarios y Cocina Colaboratorio, 2021. Foto por Tess Plein
Rotulos por Bayrol Jimenez, artista Oaxaqueño, 2021. Foto por Tess Plein

Co-creación de Contenidos y Activación en Espacios Públicos

El Archivo móvil generó curiosidad, y pronto fue renombrado como “el carrito de las semillas”. En el andar del carrito por las calles de la comunidad los Cronistas Comunitarios se involucraron para relatar los andares del archivo y de las historias de las semillas compartidas. En sus historias sonoras se escucha la importancia de las semillas locales, el enunciamiento de recetas tradicionales, algunas ya casi olvidadas, y cómo es que el resguardo esas semillas ayudan a mantener su uso en la cocina.

El Archivo móvil transitó las calles de Santo Domingo Tomaltepec recolectando semillas e historias, para irse visualizando como un archivo comunitario. De las calles pasamos a la parcela escolar, junto con la estación de radio móvil para capturar las historias de forma auditiva. Las cocinas funcionaron como escenarios para compartir recetas e historias, al cocinar volvimos a vivir la memoria biocultural. 

Así fuimos haciendo visibles las redes de apoyo comunitario, la gran riqueza de platillos, mitos, técnicas culinarias. Exploramos la diversidad de plantas comestibles en los solares y sus historias, mitos e historias locales. Exploramos cómo enfrentaron la pandemia y las sequías. Fuimos entretejiendo conocimientos tradicionales y científicos a través de lo resguardado y compartido en la vitrina del dispositivo itinerante. Reunimos algunas semillas de especies comestibles que guarda la comunidad, sus historias, un mapa que visualiza dónde habitan las semillas y sus cuidadores, una biblioteca/herbario de especies útiles de “monte” y una rueda de sabores de Santo Domingo Tomaltepec.

Intercambio de semillas e historias en el Archivo Biocultural Vivo de Santo Domingo Tomaltepec, 2021. Foto por Tess Plein
Calabaza támala en los traspatios de Santo Domingo Tomaltepec, 2021. Foto por Tess Plein
Semillas de Santo Domingo Tomaltepec, 2021. Foto Tess Plein
Espacio de encuentro e intercambio en Santo Domingo Tomaltepec, 2021. Foto por Tess Plein

Activaciones y talleres paralelos

Jardín de las Malas Hierbas

Colaboración con Bayrol Jiménez y Rolando Martínez de La Garrapata de la Oveja

La simplificación de la milpa también ha conllevado a la pérdida de hierbas que son comestibles o medicinales, que protegen el suelo o atraen a los polinizadores. Invitamos a dos artistas locales, Bayrol Jiménez y Rolando Martínez, quienes dirigen el taller “La Garrapata de la Oveja” en la Ciudad de Oaxaca, para conversar acerca de cómo usamos y nos relacionamos con las “malas hierbas”. Inspirados en las formas e historias de estas hierbas y sus usos se hicieron macetas con barro de Atzompa, localidad en el Valle de Oaxaca especialista en barro verde. Estas macetas después albergaron alguna hierba de la parcela escolar donde se generó una exposición de ellas. Cada pieza fue entregada a sus creadores quienes se las llevaron a sus casas para conservar y utilizar “las malas hierbas” en su día a día.

Cronistas Comunitarios

Los Cronistas Comunitarios son jóvenes de Santo Domingo Tomaltepec quienes relatan los procesos, acciones y prácticas derivadas de los temas del Archivo Biocultural Vivo utilizando herramientas digitales para la construcción de narrativas audiovisuales, dando vida a una radio comunitaria y a un archivo de videos participativos. En un contexto de emergencia sanitaria en la que se reúnen pocas personas, el investigar y transformar se vuelve un ejercicio de comunicación entre generaciones, dando espacios a otros tipos de conexión a las personas en confinamiento. Esta iniciativa se impulsó por primera vez en 2020 en la comunidad, detonando diálogos entre los participantes, los habitantes y los cronistas, quienes se apropiaron de las herramientas de registro de video y/o audio para relatar desde su propia perspectiva los acontecimientos que rodean al hacer colectivo del Archivo.

Encuentro en Parcela Comunitaria

Creamos encuentros en espacios públicos y en particular en aquellos que fueron importantes en el pasado. Uno de estos espacios es un terreno propiedad de la escuela primaria de la comunidad, conocido como la “Parcela Escolar”. Ahí, llevamos a cabo un laboratorio gastronómico, una radio en vivo liderada por los cronistas comunitarios, intercambiamos las  semillas recolectadas, y compartimos conocimientos acerca del cuidado del suelo.

Macetas de las "Malas Hierbas" inspiradas en las formas e historias de hierbas o plantas silvestres y sus usos, colaboración con La Garrapata de la Oveja, 2021. Foto por Tess Plein
Cronistas Comunitarios en caminatas sonoras a través del territorio de Santo Domingo Tomaltepec, 2021. Foto por Rubén Garay

XOCH

Xochimilco

“Xochimilco es mi hogar, el lugar donde nací y crecí. Es montaña y es lago. Aquí hay más fiestas que días, y las fiestas se relacionan con la siembra de alimentos y flores, con plantas que reverdecen la ciudad, que sigue queriendo devorarlo.

Xochimilco es resistencia, es historia y es cultura”.

-Gabriela Alejandra Morales Valdelamar

El paisaje lacustre de Xochimilco es único y representata el manejo hidrológico como un sistema único de cultivo en el mundo, 2021. Foto por Rubén Garay

La zona lacustre de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, es el único remanente del antiguo lago que dio lugar a uno de los sistemas agrícolas más productivos del mundo: la chinampa. Xochimilco es un territorio emblemático reconocido por su paisaje biocultural lacustre, que constituye un sistema agroalimentario centenario. 

Desde tiempos prehispánicos los Xochimilcas desarrollaron una red de islotes artificiales para sembrar milpas sobre el humedal, utilizando los ahuejotes y sedimentos lacustres, y aplicando un profundo conocimiento sobre el ciclo del agua, lo que resultó en un sistema altamente productivo. El trabajo colaborativo en las chinampas garantiza el mantenimiento de la reserva de agua y alimento para sustentar el desarrollo de buena parte de la gran ciudad. 

En los pueblos y los barrios el tequio y la fiesta mantienen la memoria territorial y fortalecen los vínculos comunitarios. Los tequios son una forma de trabajo comunitario no remunerado donde se vive una experiencia significativa en conjunto. Involucran trabajo físico fuerte, es una experiencia flexible y espontánea ante todo. Los tiempos, las actividades, los asistentes, las conversaciones, el clima y las emociones no están controladas y por lo tanto no son predecibles. La dinámica de los tequios varía de acuerdo a la comunidad o persona con la que se trabaje.

Sin embargo, el acelerado crecimiento de la mancha urbana, el cambio a modos de vida y modelos de consumo de alimentos vinculados con el crecimiento de la ciudad, los bajos ingresos obtenidos de la producción de hortalizas, y la contaminación del agua han provocado el abandono paulatino de las chinampas y con ellas el sentido comunal del tequio. La demanda de hortalizas orgánicas y/o agroecológicas ha promovido nuevas relaciones entre los actores de un sistema alimentario, de tal forma que han surgido redes alimentarias alternativas donde se experimentan nuevas formas de comercialización e intercambio.

Las semillas, prácticas, recetas e historias que nutren este territorio son parte de un activismo que permite a los chinamperos tener el control de los recursos naturales que solo se encuentran ahí, y que resiste a los cambios y explotaciones constantes. La verdolaga, el epazote, el maíz, el cempasúchil, son semillas que resisten el paso del tiempo y que ahora se siembran en mezcla con el kale, el bok choy, la acelga arcoíris y otros cultivos que representan la chinampa de hoy.

Archivo Biocultural Vivo Móvil en un Acalli, 2022. Foto por Rubén Garay

Proceso de diseño y producción del Archivo Biocultural (móvil)

Para comenzar a trabajar en el co-diseño del primer prototipo del archivo se realizó una primera asamblea con actores clave de Xochimilco que han sido colaboradores desde el 2020.  Nuestro primer acercamiento para conocer las semillas que se siembran, distribuyen y consumen por los productores de Xochimilco y sus habitantes, estuvo mediado por escuchar sus historias y conectar con sus formas de moverse en el lugar. Trazar los itinerarios, espacializar las semillas y reconocer la especificidad del lugar, nos permitió generar un primer prototipo móvil para recolectar e intercambiar las semillas en espacios públicos, semi-públicos urbanos, semi-urbanos y lacustres. Después de una semana, se decidió  que el proyecto de archivos en Xochimilco será un dispositivo híbrido con el que podamos navegar en los canales y también recorrer entre los espacios urbanizados y en las chinampas, respondiendo a las  historias lacustres y al tiempo que plantea cuestiones relacionadas con su memoria e identidad.

Tequio y taller para la elaboración de chalupón de trabajo chinampero: Nuestro Acalli “El Ahuehuete“

Una colaboración entre Colectivo Plan Acalli, Colectivo Tres Generaciones, Taller el Ahuehuete y la comunidad de Ayécatl

Ante la inminente contaminación , urbanización y cambio de uso de suelo de las zonas agrícolas chinamperas de Xochimilco, la labor de los talleres de canoas peligra. Día a día las condiciones son más adversas para el chinampero y las nuevas generaciones se muestran desinteresadas en darle continuidad a esta técnica ancestral. Fuimos afortunados al recibir la oportunidad de conocer directamente la técnica de la fabricación de chalupones tradicionales de trabajo chinampero en voz viva del maestro Pedro Torres, habitante nativo del Barrio de la Asunción Colhuacatzingo Atlitic en Centro Histórico de Xochimilco y fundador del colectivo Tres Generaciones.

Su taller de canoas recibió una comunidad de personas amantes de la chinampería, interesados en aprender a elaborar canoas. Si bien un acalli, una canoa, se construye mínimo entre dos personas, la creación de una comunidad de apoyo permitió dividir y agilizar el trabajo durante dos semanas. También nos permitió trascender la experiencia de la trajinera turística; cuestionamos el rol de consumidores de una cultura folklorizada, para participar mano a mano en la fabricación del acalli y sus vínculos con el trabajo chinampero.

Al terminar nuetro taller se abrieron preguntas como: ¿Quién custodia este conocimiento?, ¿Cómo se hereda este conocimiento?, ¿Cómo se protege esta técnica ancestral?, ¿Cómo se reinventa esta técnica para no morir ?, ¿Qué acciones debemos de hacer para cuidar los canales?, ¿Qué importancia tiene la creación de un acalli comunitario? y sobre todo ¿qué aporta la creación de talleres de elaboración de acalli a la preservación de la chinampería?

Texto por Ehécatl Morales

Deriva en los canales de Xochimilco para el piloto del Archivo Biocultural Vivo, 2021. Foto por Rubén Garay
Acalli es casa del agua, taller y tequio para construir un acalli, 2021. Foto Rubén Garay
Tequio para la construcción y diseño de un Acalli tradicional en el taller del maestro Pedro Torres, en colaboración con Plan Acalli, 2022. Foto por Rubén Garay
Haciendo el Acalli del Archivo Biocultural (Taller el Ahuehuete), Maestro Pedro canoero de generaciones, 2021. Foto por Rubén Garay
Portada tradicional para Acalli en casa del maestro Lorenzo Mendoza, 2022. Foto Rubén Garay

Intercambios, Tequios y Activaciones en Xochimilco y San Gregorio

Realizamos un tequio en la chinampa de Zabdiel, un productor al que habíamos visitado en el 2020. Zabdiel es un productor muy joven, portador de una historia familiar chinampera que ha elaborado estrategias de acompañamiento y solidaridad con otros productores.  Participamos en el deshierbe, la integración del estiércol a la tierra de cultivo, el arado del suelo y el levantado de orilla. Llevamos a cabo un intercambio de semillas en su chinampa, donde ahora estaba sembrando verdolaga y calabacita. Sus historias y algunos de los intercambios que tuvimos con él y con su su padre (un activista y actor clave respecto a la defensa del territorio, en especial del agua, y chinamperas y chinamperos de Xochimilco invitados) representan una memoria biocultural donde se entrecruzan pasado y presente, diferencia y alteridad que define su hacer.

Laboratorio de Cocinas Experimentales

La cocina se conecta directamente con las semillas y también con los espacios que sostienen sus productores, como es el caso de Gabriela Morales, productora, etnobotánica y colaboradora clave del proyecto. Llevamos a cabo dos acciones de intercambio  en su espacio denominado Ayecatl, chinampa familiar donde siembran maíz y realizan varios talleres relacionados con el sistema agrícola de la zona.

El punto de partida para realizar estos intercambios y experimentos en la cocina fue el excedente que Don Raúl Camacho, productor de San Gregorio Atlapulco, nos donó: lechugas, coles, acelgas, eneldo, brócoli y arúgula. En este espacio experimental se compartieron saberes para preparar, degustar y reconocer sabores, objetos y recetas entre productores, chefs, cocineras de comedores comunitarios, investigadores, creativos y vecinos.  Durante los encuentros la estación de  Radio Cocina se instaló en una canoa para invitar a transeúntes a platicar, compartir y convivir.

Intercambio de semillas con productores de San Gregorio Atlapulco en la chinampa de Zabdiel, 2021. Foto por Rubén Garay
Semillas de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco, 2021. Foto por Rubén Garay
Chapines, práctica ancestral, 2021. Foto por Rubén Garay
Radio móvil en el acalli de ayécatl, hablando sobre memoria biocultural y prácticas locales, 2021. Foto por Rubén Garay
Bendición de semillas en el día de Huauhquiltamalqualitztli, 2022. Foto por Rubén Garay